Autor: Yuuto
Titulo: Just one night.
Pareja/Personajes: Alexander x DongHo[EusebiHo] ._.
Genero: drama, ghei y pornoso (?)
Capítulos: 1
Notas: Para la loca de Azo D: que me pide EusebiHos. Una notita: puse la edad coreana de Dongho, para que no se confundan. :B
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Aquellos labios que tanto había deseado apresaban los suyos de una manera desesperada, con un frenesí que le sacaba el aire violentamente, mientras sus muñecas eran sujetadas gracias a esas manos que evitaban que cayera al suelo debido a la impresión. No se dio cuenta cuando la puerta se cerró y mucho menos cuando todo aquello se estaba volviendo más caliente de lo normal, lo único que notó fue que cierto “amiguito” suyo estaba despertando y que el de su compañero estaba en las mismas condiciones. Sabía perfectamente que algo así iba a suceder; el hecho de cómo le miraba cuando se sentaba frente a él en la mesa, cuando estaban los dos solos y sus manos se rozaban descaradamente, cuando le abrazaba y le besaba la mejilla. Todo iría perfecto omitiendo el pequeñísimo detalle de que estaba a punto de hacerlo con el novio de su hermana, pero aún así el remordimiento no se le venía a la cabeza y mucho menos las ganas de detener todas esas sensaciones que experimentaba por primera vez en su vida.
-Hyung…- suspiró, los labios de su amante ahora paseándose de su cuello a su hombro y viceversa, mientras su camisa ya estaba floja en su cuerpo. Se aferró fuertemente a los brazos del otro, sus ojos cerrados y tratando de dejar su nerviosismo atrás.
Lentamente se vio recostado en su propia cama, aprovechando y dirigiendo su mirada al reloj despertador de su mesita. 2:30 de la madrugada. A esa hora su familia ya iba en el quinto sueño y daba gracias que su habitación estaba siendo remodelada y estaba durmiendo en el sótano. Mordió sus labios cuando, instintivamente, abrió sus piernas y sus sexos se rozaron. Definitivamente aquello era delicioso, y ahora sabía porque su hermana se encerraba con él a altas horas de la noche cuando sus padres no estaban.
-No… Sandeo hyung…- fue callado de nuevo por aquella boca desesperada. Aunque las palabras salieran solas, sabía que su cuerpo seguía atento a las caricias del mayor y por más que tratara, separarlo sería imposible.
Con sus ojos entreabiertos y gracias a su lámpara de noche pudo apreciar el cuerpo de su hyung, aquél cuerpo que no veía de la misma forma desde la vez que accidentalmente se toparon en el baño. Sus dedos le tocaron curioso, rozando, sintiendo aquella piel erizarse. Y ahí supo que Eusebio estaba sintiendo lo mismo que él en ese instante. Tomó su nuca y lo acercó rápidamente hasta él, besándolo como solo viviera para ello, dándole a entender que estaba dispuesto a seguir. Que hiciera con él lo que quisiera.
Solo bastaron segundos para que sus ropas estuvieran en cualquier lado menos en ellos, algo que les permitió conocerme mutuamente entre caricias y besos. El cuerpo de Dongho tembló cuando la mano de Alexander se deslizó por su pierna hasta llegar a sus nalgas y mucho más allá, revolviéndose en la cama hasta que los ojos oscuros del otro se posaron sobre los suyos, y en ellos podía leer claramente un “confía en mí”. Respiró hondo y miró hacia el frente, pero de nuevo se tensó al sentir algo dentro de él.
¿Acaso pasaría lo que estaba pensado?
Ya habían dado varios pasos al frente, y ahora era demasiado difícil echarse para atrás, no debía solo por el hecho de ser virgen e inexperto en todo. Era ahora o nunca.
Sus uñas encajaban muy bien en las sábanas, testigos silenciosos de aquél pecaminoso acto, y su espalda se arqueó cuando no fue uno si no dos intrusos que dilataban su entrada. De fondo escuchaba las palabras sucias disfrazadas en románticas de parte de su ‘cuñado’, el cómo poco a poco sus piernas iban abriéndose y alzándose para amoldarse perfectamente en las caderas del mayor.
Ahogó un gritito mordiendo fuertemente su cuello sin importarle dejar marca alguna; dolía considerablemente, tanto que sus uñas arañaban la espalda del mayor, dejándola como si algún gato se le hubiera echado encima. Movimientos lentos y certeros, todo eso disminuía el escozor y aumentaba el placer. Aquella última palabra apenas la estaba conociendo en carne viva, ese placer que le pedían guardase hasta el matrimonio y que ahora estaba rompiendo a sus 16 años con el novio de su hermana. Sus caderas suavemente comenzaban a subir y bajar, desesperado por sentir más de todo aquello.
-Mfgh…- gimió, ladeando su cabeza para ocultar su sonrojo (aunque gracias a la leve oscuridad no era tan notorio). Los gemidos, jadeos y suspiros trataban por todos los medios de ser gritos, pero los besos toscos y mordidas parecían ganarles la batalla.
No estaban conformes, necesitaban más. Eusebio tomó fuertemente sus caderas intentando incrustarse más profundo y más rápido, sabía que lo lograría, solo era cuestión de…
-¡Hy… hyung!- bingo, había encontrado aquél punto oculto en Dongho que, sabía muy bien, le volvería loco en pocos segundos.
Siguió gimiendo el nombre de su hyung a sabiendas que eso le ponía más, lo notaba en sus jadeos y en la forma en que lo penetraba… ¿Desde qué minuto de todo aquello Shin Dongho ya había perdido la inocencia? Era consciente de que si los descubrían en esos momentos no solo su vida estaría acabada, sino también la de su hermana y qué decir de la de su madre, la cual lo trataba aún como él bebé que había dejado de ser hace muchísimo tiempo.
-Hyung… ahí… m-más rápido hyung…- se notaba desesperado. Ambos cuerpos estaban empapados en sudor y en deseo.
Solo falto un poco para que ambos se corrieran. Dongho alcanzó a vislumbrar en Alexander una media sonrisa al haberlo marcado como su propiedad, propiedad de él y de nadie más. Él solo cerró los ojos y se dejó llevar por el sueño, había sido su primera vez y parecía demasiado cansado. No quería ver como amanecería a la mañana siguiente y cómo se atrevería a ir al colegio o el cómo podría caminar. Lo único que quería saber era que iba a estar al lado de su Hyung aunque fuese a escondidas, aunque tuviesen que tocarse debajo de las mesas o a escondida de su familia. No le importaba lo que viniese después, el sólo quería estar con su Hyung.
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